Y he aquí yo de nuevo.
La persona que no quería saber nada sobre niños ahora tiene un segundo bebé, pero por qué?
La primera vez que me enteré que me iba a convertir en mamá quedé en shock, ni si quiera pensé en el bebé solo pensé en mí misma, comencé a cuestionarme la maternidad como algo negativo en mi vida y mi mente simplemente rechazó la idea y el embarazo pasó como si no lo estuviera, al menos ese fue el lado positivo porque nada me detuvo para seguir haciendo mis actividades, cuando menos pensé ya estaba en el hospital con dolores y simplemente pasó, de un segundo a otro esos ojitos me miraron y en automático me convertí en madre... Desde ahí algo sembró en mí.
Muy en mi subconsciente sabía que tener un segundo hijo sería un dolor de cabeza, seguí dudando de mí misma y es que lo mío no es ser madre a tiempo completo, es decir, el miedo de separarme del mundo para involucrarme al 100% mi vida a otra persona egoístamente me seguía persiguiendo e hice mi lista mental de todas las cosas buenas que era tener un solo hijo.
Hasta que empecé a convivir con más personas de mi edad (en los veintes) con un solo hijo ya de 2 años en adelante y me di cuenta que en realidad está bien fácil la vida con un solo hijo, económicamente no gastas demasiado sus primeros años de vida, le das tiempo de calidad, tienen su propio cuarto y sus cosas, no necesitas repartir tu amor, pero también me di cuenta de lo mucho que se pueden aburrir en casa, lo materialistas que los convertimos y lo consentidos que podemos llegar a hacerlos por el mismo motivo que solo es un solo hijo.
Honestamente todavía sigue una parte de mí a la que no le encantan los niños, claro que me gustan pero no es mi hit hablar de ellos todo el tiempo, hay muchas cosas de las que puedes hablar y no solo de tus hijos, pero en fin.
Conocí a una persona en especial con un niño de la edad de mi hija insoportable, sus papás no le ponen límites, llora mucho, sus papás se estresan con él, pelea con otros niños y es algo egoísta y ¡BUM! vino a mi mente algo revelador, no es como que no lo haya pensado antes pero recordé como es que mis hermanos y yo (somos 3) todo el tiempo convivimos, todo ese estrés de pelear, llorar, hacer dramas y demás era repartido, nos desquitábamos con nosotros mismos, pero también jugábamos, nos queríamos, convivíamos con nuestra familia, no había tiempo para aburrirse ni para estar malgastando el dinero, nos enseñaron mucho sobre el tema de compartir y en cierta forma la humildad y la forma de socializar con otros nos facilitó mucho nuestro carácter.
Lo vi, le puse mucha atención, me estresé y dije... no quiero que mi hija sea así. Lo sé, el hecho que este niño que comento no quiere decir que así sean todos los hijos únicos, pero tengo amigos que lo són y no son tan felices, han tenido vidas solitarias o problemas para tener amistades y relaciones sanas, aunque también tengo conocidos que son super buenos para socializar y les va muy bien en la vida, pero de solo pensar en la parte negativa me pone a temblar.
Y así fue que después de pensar en eso y ver que mi hija empezaba a tener comportamientos similares me pareció buena idea tener un segundo hijo. Crecí con hermanos y sé lo bonito que es eso, no tengo ni idea lo que se siente crecer siendo único hijo, pero sé que cuando esté en mi vejez mis hermanos serán la única familia que probablemente siga viva, mis hijos se habrán ido, mis nietos estarán aún muy chicos y bueno, quien sabe ojalá tenga razón y mis hermanos sigan ahí para entonces. Me dieron escalofríos pensar que mi única hija se perdiera de esa felicidad que te da tener un hermano.
Y bueno, he aquí después de varios meses intentando por fin llegó a nuestra vida: "Laia" nuestra segunda princesa. No puedo estar más feliz que eso.
"La felicidad es muy simple, pero nuestra necedad es grande".
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